Walter Mendoza, jefe negociador de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), evoca con profunda desilusión el proceso de diálogo llevado a cabo en La Habana, Cuba.
Para Mendoza, aquellas negociaciones resultaron ser un verdadero fiasco, un callejón sin salida que no logró concretar una paz real ni abordar las raíces profundas del conflicto colombiano.
El Regreso al Monte y la Fatiga de la Guerra
Esta frustración ineludible, según cuenta el líder guerrillero, los empujó a tomar una de las decisiones más dolorosas: volver a empuñar las armas y retornar al monte. El desengaño de la mesa de conversaciones se tradujo, así, en una nueva jornada de guerra para quienes habían depositado su esperanza en una solución política.
Sin embargo, tras casi cuarenta años de vida en la selva, de combates y sacrificios incesantes, Walter Mendoza afirma hoy con una claridad dolorosa que es mejor estar sentado en la mesa de negociaciones.
La Conversión por el Cansancio
La convicción que hoy lo mueve es el cansancio absoluto de esta guerra absurda que no conduce a nada. Su vasta experiencia en el conflicto lo ha llevado a un punto donde la persistencia de la lucha armada se revela como un ciclo de violencia estéril que debe ser detenido. El camino, por difícil que sea el diálogo, es la única vía para poner fin a la guerra.
Esta declaración contundente fue hecha por Walter Mendoza en una entrevista exclusiva con el periodista Gildardo Arango, director de Telepacífico Noticias, marcando un giro significativo en su postura sobre el proceso de paz.