Con mucha tristeza y decepción, la gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro y los alcaldes de Cali y Jamundí anunciaron las intensiones del Presidente de la República, Gustavo Petro de frenar el Tren de Cercanías. Considerado como un proyecto que nació del corazón de nuestra región, construido con la ilusión y el esfuerzo de todos los vallecaucanos.
Según lo anunciado por la mandataria de los vallecaucanos este tren, es un sueño colectivo de toda una región, del sector público y privado que nos unimos por propósitos comunes que representan transformación, progreso y esperanza de un futuro mejor para los vallecaucanos.
Su diseño 100% eléctrico no solo cuida el medio ambiente, sino que mejora la calidad de vida de los vallecaucanos. Su primer tramo de 23 kilómetros con sus 21 estaciones va a movilizar a más de 160 mil personas que lo usarían a diario, reduciendo en un tercio sus tiempos de viaje. Y su impacto va más allá: más de 2 millones de ciudadanos se verían beneficiados, y se generarían cerca de 15 mil empleos para nuestra gente. Estamos hablando entonces de desarrollo, de movilidad, de bienestar.