Tras 17 años de angustia, Nubia Esther Patiarroyo y su hija Nicoll finalmente encontraron paz. El 30 de enero de 2025, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) les confirmó la identificación del cuerpo de Enrique Quintero Contreras, su esposo y padre, un reencuentro doloroso pero esencial para iniciar su duelo.
Este hallazgo fue posible gracias a la estrategia conjunta de Búsqueda Inversa, una iniciativa humanitaria que localiza a familiares de cuerpos ya identificados, pero aún no reclamados. Enrique es un ejemplo del trabajo articulado entre la UBPD, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), cuyo objetivo es devolver la paz a cientos de familias marcadas por la desaparición forzada en el conflicto armado colombiano.
La familia Quintero Patiarroyo, dedicada al circo, se separó en 2008 cuando Nubia y su hija regresaron a Cúcuta, mientras Enrique continuaba trabajando. Tras un desplazamiento forzado, perdieron el contacto. A pesar de la incansable búsqueda de Nubia, Enrique siguió desaparecido por casi dos décadas.
Diecisiete años después, la UBPD localizó a Nicoll y Nubia. La fotografía confirmaría la identidad de Enrique, quien fue asesinado en Cúcuta en 2010 mientras buscaba a su familia. Su cuerpo permaneció sin reclamar en el Cementerio Central.
Esta entrega digna es el resultado del incansable trabajo articulado de la UBPD, la JEP y Medicina Legal. Gracias a estas acciones, se han logrado 53 reencuentros mediante la Búsqueda Inversa, aliviando años de incertidumbre. La labor continúa, con 26 personas más esperando ser reconocidas y reclamadas, cada reencuentro es un paso hacia la dignificación de las víctimas y la construcción de la memoria histórica en Colombia.

