Parece que ni los policías de nuestro país se sienten seguros por estos días y ante el “plan pistola” ordenado por las disidencias de las Farc en el occidente colombiano, son muchos los oficiales y suboficiales del nivel ejecutivo que han decidido pedir la baja por temor a convertirse en las próximas víctimas de atentados cobardes, estimulados por las recompensas millonarias que ofrecen estos grupos delincuenciales por cada uniformado muerto.
Al 15 de agosto el número de policías que han presentado su renuncia a la institución asciende a 1323, de los cuales más del 80 por ciento prestaban sus servicios en una de las regiones más afectadas por los atentados de las disidencias Jaime Martínez y Dagoberto Ramos, 726 solicitudes fueron reportadas en Cali y Valle, mientras que en Cauca 428 uniformados han pedido las baja.
La cifra coincide con las últimas acciones terroristas de las disidencias en Morales, Timba y Cajibío, que dejaron 4 policías muertos, 2 de los cuales eran oriundos del departamento del Valle