La detonación de un carro bomba en Robles, municipio de Jamundí, y el ataque con explosivos en la estación de Policía de Popayán han alterado el orden en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, poniendo en vilo la seguridad en el suroccidente colombiano.
El atentado en Popayán dejó dos personas heridas. Testigos informaron que se escucharon varias detonaciones y se presume que los artefactos explosivos fueron lanzados desde tres drones. En el lugar también se encontró una rampa en una volqueta, desde donde se habría lanzado un tatuco contra la estación de Policía. Este ataque, atribuido al Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC, tuvo lugar cerca del aeropuerto Guillermo León Valencia.
Carro bomba en Jamundí: Plan candado activado
En Robles, Jamundí, las autoridades activaron un plan candado para capturar a los responsables del atentado. Las primeras versiones indican que hombres a bordo de una camioneta blanca dejaron los explosivos. El ataque, que causó daños materiales en establecimientos comerciales cercanos, fue atribuido al grupo armado organizado residual Jaime Martínez, cuyo objetivo era la población civil y la fuerza pública.
Reacción de las autoridades
El Ejército Nacional informó que en la zona se mantienen operaciones contra este grupo armado. En Popayán, las autoridades implementaron un plan candado para capturar a los principales sospechosos y pidieron a los habitantes estar alertas ante movimientos sospechosos y denunciar cualquier irregularidad.
Estos ataques reflejan una escalada en las tácticas de los grupos armados, quienes utilizan tecnologías avanzadas como drones para llevar a cabo sus actos terroristas. La situación en el suroccidente colombiano continúa siendo crítica, y las autoridades intensifican sus esfuerzos para restaurar el orden y la seguridad en la región.