El departamento del Cauca es de nuevo el escenario de la guerra: la orden de suspender parcialmente el cese bilateral al fuego con las disidencias de las Farc convirtió a sus municipios es un teatro de confrontaciones militares.
Antes que se cumpliera la hora cero de dicha decisión presidencial, cientos de soldados se reubicaron en zonas como el norte y oriente del departamento para combatir a los integrantes del frente Dagoberto Ramos, considerado la madre de las demás facciones disidentes del suroccidente colombiano.
Dicha ofensiva de la fuerza pública empezó tras el asesinato de la lideresa nasa Carmelina Yule Paví Ascué el pasado sábado 16 de marzo, luego que se enfrentara, desarmada, con los integrantes de este grupo armado al margen de la ley para rescatar a un joven de su comunidad. Ella era una guardia, debía proteger las ‘semillas’ o niños de su resguardo. Eso le costó la vida.
“Los disidentes de la Dagoberto Ramos de las Farc son ahora la mayor amenaza para nosotros, son más de 153 niños y jóvenes nasas reclutados por este actor armado en menos de un año, eso sin contar los asesinatos de varios guardias y mayores”, reconoce un periodista del municipio de Toribío.
De ahí que el presidente Gustavo Petro no le temblara la mano a la hora ordenar la reanudación de las ofensivas militares en los municipios de esta zona del país, muchos de ellos ya controlados totalmente por los disidentes, quienes fueron creciendo en número desde el gobierno de Iván Duque Márquez.
Por eso el General Helder Fernén Giraldo Bonilla, comandante General de las Fuerzas Militares colombianas, entregó once órdenes a todas las unidades fijas y móviles, en especial para aquellas ubicadas en ‘Caucanistán’. Son más de 6.000 soldados profesionales que están en el territorio.
“Una vez suspendido el cese al fuego adelantar operaciones ofensivas contundentes contra objetivos del Gao-r EMC Farc”, es una de esas disposiciones, las cuales están centradas en reforzar labores de inteligencia y desplegar mayor cantidad de tropa en cada punto del Cauca. Era de esperarse, al departamento nunca le toca las glorias del progreso y el desarrollo, solo es un campo de combates, violencia y dolor.
““El cese al fuego nunca operó en este departamento, siempre se presentaron combates entre los grupos armados en el territorio. En buena hora el presidente entendió que no era un acuerdo serio que permitirá avanzar. Hacemos el llamado para que se reorganicen esos diálogos y que lo que se acuerde se aplique en los territorios”, expresó Gustavo Guzmán, gobernador del Cauca.
Por eso ahora indígenas, campesinos y afros están en máxima alerta porque a pesar del despliegue comunicacional del Ejército sobre su capacidad ofensiva, para nadie es un secreto que la Dagoberto Ramos tiene ahora la capacidad bélica suficiente para desestabilizar al Estado en esta zona del país.
“Esta facción disidente, que nació del entonces frente sexto de las Farc, tienen alrededor de 30.000 hombres en armas y controla las zonas rurales de los municipios del norte y oriente caucano. Paradójicamente su líder es un comunero nasa, quien desertó del proceso de paz y terminó liderando esta organización rebelde”, explicaron funcionarios de inteligencia de la fuerza pública.
Aplicando la vieja táctica de guerra de guerrillas, este frente disidente tiene la capacidad para enfrentar al Ejército en campo abierto, así como aplicar las estrategias aprendidas de la entonces guerrilla comunista de las Farc: su poder militar está basado en la amplia red de milicianos y milicianos, quienes se mimetizan fácilmente entre la población civil para atacar a los soldados y policías.
“@petrogustavo me acusa de traqueto y de usar la memoria de Manuel Marulanda. Cuando lo apoyamos en campaña no éramos traquetos. Además de traicionarnos, traicionó al pueblo que lo respaldó por su discurso progresista y de paz,
hoy impulsa la guerra y el capitalismo”.
Iván Lozada— Fuerzas Armadas Revolucionarias De Colombia (@FARCEP_) March 21, 2024
“La Dagoberto Ramos tiene el poder sobre toda la cadena productiva de la marihuana creepy en los municipios de Miranda, Corinto, Jambaló, Toribío, Inzá, Páez-Belalcázar, eso le garantiza los recursos económicos necesarios para sostener una guerra contra el gobierno”, agregaron los agentes de inteligencia.
Por eso, y ante ese llamado de guerra de Gustavo Petro, los disidentes no dudaron en empezar a reclutar a menos menores de edad para enfrentar al Ejército porque enfrentan tanto a la fuerza pública como al otro actor armado que se disputa esta región, el Ejército de Liberación Nacional, ELN.
“Gustavo Petro me acusa de traqueto y de usar la memoria de Manuel Marulanda. Cuando lo apoyamos en campaña no éramos traquetos. Además de traicionarnos, traicionó al pueblo que lo respaldó por su discurso progresista y de paz, hoy impulsa la guerra y el capitalismo”, expresó Iván Lozada, líder disidente que ahora reta militarmente al presidente izquierdista.