En Popayán, la comunidad del hogar San Vicente de Paúl celebraron su día: es la oportunidad de recordar la gran labor de cuidar a los abuelos y abuelas de esta región del país, como lo hizo su patrono.
Cuando la existencia llega a esos hermosos años de plenitud, esta comunidad religiosa empieza la pequeña tarea de robarle alegría y sonrisas a esta etapa existencial de las personas que han contribuido a la construcción del mundo.
Y todo porque este 27 de septiembre celebran su fiesta y, como dice el evangelio “por sus frutos le conoceréis”, todos los valores y obras que dejó en la memoria y en el corazón San Vicente de Paúl, ” esta comunidad quiere hacer un honor a la vida, recordando sus gestos de misericordia y cercanía para poder llevarlos al servicio de nuestro amor al prójimo día a día”.
Cualquiera que haya leído el Evangelio tal y como lo leyó, vivió y aplicó San Vicente de Paúl, es importante acudir allí donde alguien clame en su pobreza. Cualquier persona que sufra las consecuencias de ese rigor de la vida, la luz de amor y ternura de esta comunidad entra en acción: el apoyo incondicional a los adultos mayores.
De ahí que con la celebración de la santa eucaristía, con el personal administrativo, médicos, abuelos y abuelas dieron gracias a Dios por esta fiesta, además de orar al dueño de la existencia por más fuerza y sabiduría para cumplir con la misión que planteó San Vicente de Paúl, para así continuar con su legado.