Las comunidades indígenas del Cauca enfrentan una grave crisis humanitaria, a raíz de la intensificación de la guerra entre grupos armados al margen de la ley en esta parte del país.
En estos 23 días de enero de 2024, y de acuerdo con cifras entregadas por Indepaz y el Cric, ocho comuneros fueron asesinados en diferentes partes del norte departamento. Seis de ellos eran considerados líderes al interior de sus comunidades.
Los últimos casos se registraron en Caldono y Toribío, donde un mayor salió ileso tras ser atacado con arma de fuego y otro comunero fue asesinado cuando se movilizaba en motocicleta. Otra de las situaciones sucedió en López de Micay, cuando seis integrantes de la etnia eperara siapidara resultaron heridos tras caer en un campo minado instalado por los grupos armados al margen de la ley.
De acuerdo con líderes ancestrales de esta zona del país, este incremento de la violencia contra los pueblos indígenas se debe a la abierta confrontación entre las disidencias de las Farc y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, Eln.
“Vivimos momentos duros, porque la paz total es solo para el gobierno y los actores armados, ya que en nuestros territorios se registra el asesinato sistemático de mayores, guardias y representantes, incrementándose esta violencia en el inicio de este año. El pasado domingo 21 de enero salió ileso el mayor Patricio Ácalo cuando sujetos dispararon contra su vivienda, ubicada en la vereda El Tarzo, resguardo de San Lorenzo Caldono”, denunciaron líderes indígenas nasa.
Quienes denuncian esta situación optan por mantenerse en el anonimato, porque temen por sus vidas, más cuando recalcan que las víctimas son personas que tenían un papel de liderazgo en sus resguardos y cabildos. Patricio Ácalo fue uno de los fundadores del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.
“Otra de las víctimas mortales fue el mayor espiritual José Alirio Chocué Molano, quien fue sacado de su casa, en Pueblo Nuevo, Silvia, para después ser asesinado y así por esta misma línea las víctimas son figuras representativas de nuestras comunidades”, agregaron los representantes indígenas consultados.
Y todo porque las disidencias de las Farc y el ELN se enfrentan militarmente por controlar municipios como Silvia, Totoró, Jambaló, Caldono, Santander de Quilichao y otros. Esta guerra inició desde principios de este 2023 y ahora se encuentra en su máximo nivel.
“La compañía Juan Carlos Chilhueso Pazú del ELN busca sacar de Silvia, Totoró y Caldono a los integrantes de la Dagoberto Ramos de las Farc, de ahí que asesinan a los que consideran sus auxiliadores. Y esto sucede también con este este último bando, los disidentes acaban con la vida de quienes consideran amigos de los elenos”, explicaron comuneros de estos municipios.
Entre ese periodo de tiempo, y como denuncian indígenas de Caldono, ya son 60 indígenas asesinados, la gran mayoría de casos ejecutado por disidentes de las Farc, quienes buscan expulsar a los elenos de esta zona del norte del departamento.
“Ahora somos víctimas de la represión armada de la Dagoberto Ramos, por esa guerra que comenzó con la firma de paz bajo el gobierno Santos. La gran mayoría de víctimas son jóvenes entre 18 y 25 años, así como niños entre los 13 y 15 años, además muchos de nuestros muchachos son reclutados por estas organizaciones armadas ilegales, pero de esto no se habla porque sus familias no denuncian por temor”, denunció un concejal de este municipio.
A raíz de este panorama, organizaciones sociales como el mismo Cric insisten al gobierno nacional acelerar los procesos de diálogos con estos grupos armados ilegales para detener los ataques a la población civil, especialmente a los pueblos indígenas.
“Instamos a los gobiernos nacional, regional y local, para que tomen medidas en favor de la vida de los comuneros de este territorio para que Colombia sea una verdadera potencia de la vida, ya que nos encontramos en una situación de emergencia humanitaria, hacemos un llamado urgente a la comunidad internacional y a los organismos defensores de los Derechos Humanos a realizar una exigencia de respeto por la vida, el territorio de las comunidades indígenas del Cauca”, es el mensaje que reiteradamente comparte el Cric a la opinión pública.