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Julián Chang y lo que cuentan Los Desterrados

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Por Carmen Rengifo Gómez, especial para La U FM

El escritor caleño habló con La U FM sobre su segunda novela Los Desterrados, un artefacto que se mueve en dos países: Venezuela y Colombia, que fluye como un río y nos traslada al momento en que la patria deja de pertenecernos y nos expulsa.

Julián parece tímido, es un hombre menudo, tranquilo, directo, de silencios elocuentes, esas elipsis no sólo se hallan en su expresividad, también en su prosa. Sus respuestas son reflexivas, es filósofo, su narrativa igual.

En Los Desterrados cuenta una historia, varias historias; el reflejo de miles y millones de historias; la migración que parte de un lugar y concluye en destierro. El texto se mueve entre la crónica, autoficción, filosofía, pero ante todo es literatura. Una novela con rasgos poéticos sobre el viaje de un grupo de migrantes venezolanos y su llegada a Cali; hogar de desterrados.

Los Desterrados se ha convertido en gran novedad literaria en la ciudad, camino a la tercera edición, la obra supone para Julián su consolidación como escritor. Una novela escrita en tres meses, el ínterin entre Cuando suena la brisa (Casa de Libros), su primera novela y la tercera que está en etapa de cierre. Los Desterrados (Ediciones El Silencio) publicada en abril de este año, tendrá un relanzamiento en próximos días.

La novela narra la cotidianidad de un grupo de migrantes venezolanos que se conocen atravesando el mismo drama, entre carreteras de su país, diseminados como un gran río, como enormes raíces de un mismo árbol, la patria, en busca de “algo mejor” y llegan a Cali, una ciudad que vive de nostalgias, que cuenta sus propios dramas: la indiferencia, la desidia, la violencia. En el hogar de la salsa, de la brisa, de los siete ríos, desembocan las historias y tragedias de estos migrantes y a la vez convergen las de miles de desterrados colombianos, hasta el destierro simbólico del propio autor.

La idea inicial de la novela surge de una anécdota tan cotidiana como reveladora, en marzo de 2022 Julián Chang es el nuevo director de la Biblioteca Centenario, el día que se estrena en el cargo decide irse temprano, se baja en la Estación del Mio en la Calle Quinta en busca de un taxi, los gritos de una mujer venezolana en silla de ruedas, lo sacan de su destino, por unos minutos. La lleva por varias calles en busca de un baño, la mujer se lo agradece, se despiden. Julián, rumbo al trabajo piensa sobre lo complejo de la migración y lo arduo de migrar en esas condiciones: “Para un desterrado no existe el futuro. Más si viene de otro país. Peor si tiene una discapacidad”.

La U FM: ¿Por qué decides escribir una novela sobre este tema?
J. Ch: Cuando dejé a la señora y me fui, caí en cuenta que ahí había un potencial literario, ese fue el germen de la novela. Me pregunté después de varios días, qué habrá sido de esta señora, quién la irá a empujar, me quedó rondando la semillita.

La U FM: ¿Cómo se empiezan a tejer todas estas historias imaginarias y reales?
J. Ch: Para mí se salió del molde, yo tengo formación de filósofo, generalmente las historias que yo he escrito surgen de una idea, un concepto, esta fue una anécdota, me sacó de la zona de confort y me hizo pensar si no me hubiera pasado eso a mí, paso de largo sobre este tema, eso me sacó de la comodidad, me hizo reflexionar sobre cómo volvimos paisaje la migración. Esta señora me hizo ver todo con otros ojos.

La U FM: ¿Cómo fue el proceso de estructurar la novela?
J. Ch: Fue simplemente abrir los ojos y mirar un poquito, porque ya estaba todo. Yo tomé una decisión que me la hizo muy fácil, como a mí me pasó la anécdota, pensé para qué me voy a inventar un narrador, que siempre es el personaje más importante de una historia, decidí hablar desde mí vivencia. Esa primera decisión me dio claridad con la cronología de la historia. Me tomé la licencia, voy a hablar como soy yo y como soy filosofo le meto algo de filosofía en el amplio sentido de la palabra.

La U FM: Hay una atmosfera que atraviesa toda la historia, la del agua, la de los ríos, en Venezuela, en Cali.
J. Ch: Es una metáfora importante en la novela, los inmigrantes son como un río, un gran río que se va ramificando y eso se me fue revelando en la medida que la iba escribiendo, ahí juega el inconsciente de uno.

La U FM: El río no sólo es metafórico, la narrativa lleva un fluir filosófico, de aforismos, que atraviesa el texto. “No hay comienzos ni finales en los días de un desterrado…todo parece la prolongación de un aleteo continuo y estático”.
J. Ch: Esas frases surgieron naturales, fue el mismo cauce narrativo, yo sentía que ahí podría llevar algo de orden filosófico y procuraba que fueran como perlitas que no me metieran en grandes elucubraciones, porque eso podía ir en contravía de la agilidad de la narración. Toda la narración es como un río y tiene partes donde la corriente se frena un poco y otras veces coge un diferente cauce. El abordaje filosófico le permitió a ese río tener diferentes tiempos y ritmos.

La U FM: Se evidencia que Julián Chang vive a través de la novela su propio destierro.
J. Ch.: Julián es un desterrado: no en el sentido clásico de la palabra, yo me quería descaleñizar, pero esto fue como una pulsión, como un paréntesis para escribir sobre Cali, una ciudad que yo había dejado de sentir emocionalmente a raíz del estallido social que me parece reveló muchas cosas, que dejó de empatar con lo que yo tenía en mi ideal de ciudad en términos románticos. No soy desterrado, pero si siento una sensación de destierro frente a mi propia ciudad, una ciudad que ya no reconozco mucho, que me parece que perdió su espíritu en gran parte, a la que llegan, pero que nadie se identifica con ella. El sentido de pertenencia se ha perdido muchísimo, para mi hay una sensación de destierro de mi propia ciudad.

La U FM: Y es precisamente cuando los personajes se enfrentan a una Cali desorientada por el estallido social donde haces una fuerte crítica social.
J. Ch: No quería meterme en un componente político muy fuerte, me interesaba más centrarme en la dimensión humana, pero para mí era importante una reflexión de fondo sobre esta ciudad, lo qué significa y de qué somos nosotros. El peor destierro es el ideal de ciudad que tenía de Cali que se ha desmoronado en muchos sentidos.

La U FM: ¿Qué mueve a un escritor para que haya tanto sentido de entrega?
J. Ch: Uno tiene que ser obsesivo para ser escritor. Es una apuesta muy incierta en todo el sentido de la palabra, es como una pulsión a completar lo que le está inquietando o vibrando. Uno se humaniza, siento que también la literatura puede ser un camino espiritual en muchos sentidos, lo digo porque te revela cosas de ti mismo sobre los temas, te sensibiliza, te abre los ojos. Si yo escribo y no hay algo de trasformación interior no me interesa mucho. Escribir es difícil, es tortuoso. El hecho que cada libro que escriba me transforme, me cambie, eso me hace asumirlo como un desafío espiritual. Hay personas que me han dicho que la novela los ha hecho sensibilizar mucho sobre los migrantes, para mí ya eso es una ganancia.

IG: julianchang_s
Disponible en: librería Oromo, Expresión Viva y próximamente en La Nacional.

Una respuesta

  1. Saludos a Julian Chang …. Excelente tema y muy actual , no sooo de nuestra ciudad, del mundo entero, así como sucedió con la emigrante venezolana, sucede con muchos de nosotros que nos toca emigrar a otros países, felicitaciones
    PD. Siento un orgullo patrio al leer y escuchar a Julian, soy uno de los discípulos de su padre, para mi el
    Más grande publicista de Colombia, Don Pedro Chang, a él le debo muchísimo en mi carrera como periodista y me esnseño el espíritu empresarial que hoy lideró en la Alianza Internacional de Radio desde Nueva York… saludos a doña Gladis …. Un abrazo

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