Cali, anualmente, cada agosto se llena de sonoridades, acentos y sabores, Noches, donde el mestizaje se reúne para celebrar el festival dedicado a la música del folclor del Pacífico colombiano.
Michel Romoleroux Halaby, especial para La UFM
Shalom Fleuridor se encuentra por primera vez en Colombia. Se hizo un viaje de más de 4 mil kilómetros para estar en el Petronio Álvarez, la fiesta que enaltece los sonidos de la música tradicional del Pacífico colombiano.
En su ciudad, New Jersey, este estadounidense de padres haitianos, escuchaba de muchas personas que en un lugar del suroccidente de Colombia se llevaba a cabo uno de los eventos culturales de más importantes del continente, lleno de tradiciones, tanto musicales como de saberes ancestrales representados en artesanías, gastronomía y bebidas.
Son noches llenas de africanidad, oía decir.
Shalom, quien se dedica a la docencia de inglés, tomó sus cosas y emprendió el viaje a la capital vallecaucana. Su emoción ante los ritmos que escucha en el festival Petronio es enorme, no para de bailar ante las agrupaciones, con los sonidos de violines, chirimía, marimba y cantos tradicionales.
Por toda la diáspora Africana, “ser negro” ha sido asociado con llevar el ritmo “en la sangre”. Shalom representa en su totalidad esas expresiones de raza, así lo demuestra su baile en cada una de las presentaciones musicales, es natural.
Otro que disfruta de este festival es Nicolás Lulo, un joven proveniente de Mendoza, Argentina, que ya reside en Cali desde hace cuatro años.
“Me encanta este intercambio de culturas, especialmente todo lo que se trata de comida del pacífico, el Viche, el sancocho de pescado pa’ el guayabo, el ceviche, el pescado, me encanta”.
Nicolás con varios amigos de Argentina, disfrutan del Petronio Álvarez. Aman la ciudad por su hermosura y la variedad de su cultura. Dicen mientras disfrutan del famoso ‘Arrechón’, bebida ancestral a la que las matronas del Pacífico le atribuyen un poder afrodisíaco
Entre comida, música y baile, extranjeros de todas partes del mundo disfrutan del Petronio y aprenden de la cultura del Pacífico.
De acuerdo con la página de la Alcaldía de Cali, tras el éxito que tuvo el festival el año pasado, este 2023 se espera que lleguen 37.206 turistas, aproximadamente.
Esta vez, 44 agrupaciones musicales llegaron provenientes de pueblos y caseríos apartados de la región
Entre esas, Aires de mi Tierra, grupo conformado desde 2012, con integrantes de Chocó, Nariño, Cali y Jamundí.
El jamundeño Francisco Javier Echeverry es el encargado del bombardino o eufonio, un instrumento de la familia viento metal en Si bemol, de sonido suave y aterciopelado que posee una tubería que se va ensanchando gradualmente hasta terminar en una prominente campana.
“Para mí la música es una cura para el alma, menos armas y más instrumentos es lo que necesitamos hoy en día en Colombia”, dice Francisco, quien labora como profesor de música en su municipio.
Ha estado en agrupaciones importantes como ‘Mi Raza’, ganadora en la modalidad de Chirimía en 2012, y ‘Son Familia’, ganadora de la misma categoría en 2015.
“A mi hija, que tiene tres años, le he enseñado el valor de la música, aunque se ha inclinado más por el baile. Yo soy de las personas que digo que, si no hubiera conocido la música, no sé qué sería de mi vida ahora”.
La mayoría de los que llegan y visitan el Petronio, no sólo quedan deslumbrados por la música, los ritmos, sino por los sabores, sostienen que no pueden escapar a la tentación que significa la gastronomía del Pacífico.
No sólo por platos típicos como el arroz con camarón, el Encocado de cangrejo, el arroz a la diabla, las empanadas de camarón, entre otros, sino por sus bebidas.
Gilbert Agualimpia Hurtado es propietario de ‘Viche Rico San Juan’ y elabora todas las bebidas tradicionales del pacífico.
En su puesto, ubicado en parte exterior de la ciudadela, los visitantes pueden encontrar “La Toma Seca, el Curao, Classic y premium; el famoso Arrechón, el Tumba Catre y la Crema de Viche”.
“Soy un transformador de las bebidas tradicionales del Pacífico colombiano, las elaboro a partir del destilado de la caña, nativa o endémica del Pacífico”.
A pesar de estar en la parte exterior de la unidad deportiva Alberto Galindo (dice que “no le alcanzó el pedigree” para entrar), el chocoano asegura que “algo se ha hecho”. Y cuando se le pregunta sobre lo más vendido, responde sin vacilaciones, “La crema de viche, el arrechón y el curao premium”.
Muchos aseguran que estas bebidas son afrodisiacas y casi que tienen poderes mágicos. Tanto hombres como mujeres, las apetecen.
Para otros, cada sorbo de estas bebidas ancestrales representa las raíces de la región del Pacífico colombiano, es un viaje al pasado y a la espiritualidad, a ese legado que perdura en las vibrantes tradiciones.
“Es recreativo y es beneficioso para el organismo. Yo por ejemplo ya no tomo aguardiente y ron. Solo tomo curao classic o premium”, agrega Gilbert.
Ketty Perea es dueña de otro stand en el Festival. Procedente de Quibdó, Chocó, llegó a Cali a estudiar comunicación social. Ante la necesidad de obtener dinero para sacar adelante su carrera, comenzó a trabajar en el diseño de sus primeras piezas, las cuales vendía entre sus compañeros, amigos y familiares. Así nació su emprendimiento: Ketty Perea Moda Étnica.
“Trabajo con materiales reciclados, reutilizados y biodegradables con los cuales, por medio de cada colección, resalto nuestra cultura afro-pacífica. Aquí vamos a encontrar collares, pulseras, pectorales, llaveros, anillos, aretes”.
Y agrega, “obviamente con materiales reciclados como latas de cerveza, lonas, telas utilizadas, cuerinas, todos estos materiales se recolectan en el entorno de Cali o en talleres de marroquinería, o costura”.
Para la empresaria chocoana, el Petronio transmite todo el sentir afrodescendiente y a la vez es una oportunidad para los emprendedores.
El músico Julián Rodríguez, nacido en Sevilla, Valle, reconocido por la canción ‘Mi vida sin tú’, y quien también llegó a disfrutar del Petronio, señala que el festival “es una mezcla de cultura, de música, de culinaria, de sabrosura, de hermosura, un homenaje a una raza realmente bella”.
“Ese reconocimiento y relevancia que se le da a la cultura pacífica es vital, las cocineras aquí son maravillosas, así como los músicos”, añade.
Desde el 16 hasta el 21 de agosto, más de 325 mil personas se unirán para deleitarse con los eventos que el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez trae en su XXVII edición.
La programación se lleva a cabo en la Ciudadela Petronio, el foro ubicado dentro de la Unidad Deportiva Alberto Galindo que alberga al festival.
El evento se lleva a cabo en Cali desde 1996, y su nombre es un homenaje al compositor bonaverense Patricio Romano Petronio Álvarez, autor de temas como Mi Buenaventura, Te vengo a cantar, Adiós al Puerto o Bochinche en el cielo.
3 Responses
Mucho colorido y diversidad cultural en este festival.
Que chevere y divertido aprovechemos este fin de semana de la gastronomía y bebidas deliciosas y música del petronio.
No se van arrepentir….
Muy bueno que la UFM se una a este gran evento.
Muy lindas historias. Muchas gracias