Por José Luis Aristizábal
Quienes hemos seguido la política de cerca desde hace años sabemos de la gran habilidad para la oratoria que tiene Gustavo Petro, el país ha podido ser testigo de sus grande debates, de su valor para denunciar, de sus propuestas para que la institucionalidad sea respetada por todos los bandos que discuten, desde diferentes orillas su concepción de lo que debe ser el Estado nación, seguramente el grandilocuente senador Gustavo Petro tendría grandes criticas y diferencias con el hoy Presidente Gustavo Petro.
Es hora de que el Presidente entienda que el sueño de tener un presidente de izquierda se hizo realidad y que es él, que quien ostenta la jefatura del Estado es él, hoy hacer un llamado al levantamiento social para intentar defender la democracia, me recuerda las palabras del autoproclamado héroe nacional Alfonso Plazas Vega.
El presidente debe entender, que creer que se tiene la razón no se la otorga automáticamente, su espíritu camorrero y beligerante quizás fue muy útil para ganar (con poca diferencia sobre el peor candidato posible) recordemos que en la segunda vuelta el resultado fue del 50,4 % en favor del Presidente y del 47,3 % para su opositor, es decir ese gran llamado a la inmensa mayoría que lo eligió no es tan cierta y una vez electo presidente es necesario que gobierne para todos incluso para esa amplia minoría que no votó por él.
No podemos desconocer que la Procuradora y el Fiscal son opositores ideológicos y van a usar el aparato institucional para investigar todo lo que se pueda, pero no se han inventado las denuncias que desde el seno de su familia han salido, señalando la campaña de recibir dineros ilegales y otros que no ingresaron en las cuentas de la campaña, también las declaraciones de los más cercanos como Benedetti que manifiesta en tono extorsivo una serie de datos que dejan muchos elementos para ser investigados por unas entidades que encuentran en cada minuto de grabación un potosí.
La falta de ejecución en un país que adolece de tanta inversión no puede ser culpa de los gobiernos anteriores, el capricho por el contrato de los pasaportes no es responsabilidad de la oposición, si bien el presidente puede intentar desligarse de las responsabilidades de Nicolás su hijo, diciendo “yo no lo crié” no puede decir lo mismo de su gabinete, pues él si los nombró, y sino lo hizo él, sería bueno preguntarle ¿quién es la persona que maneja los nombramientos?
Pues es bien sabido de la relación de amistad de algunos altos funcionarios con la primera dama, personas que sin la experiencia necesaria han pasado sin pena ni gloria, es llamativa la insistencia en posicionar a Laura Saravia como parte de su gabinete cuando su salida se dio por situaciones que involucran el abuso de poder, el seguimiento ilegal y la persecución a dos mujeres humildes, “dos nadies” en las que se dijo en campaña serían las protegidas, paradójicamente esta persecución y abuso de poder es lo que se queja sufrir el presidente.
Perder los juegos panamericanos es una tragedia para miles de deportistas, para el país y para una ciudad que se construye día a día como Barranquilla, responsabilizar de esta situación al gobierno anterior es una falta de carácter y personalidad, no puede ser que lo malo es culpa de los otros, pero lo bueno es gracias a él, como sucedió con el fallo del tribunal de la Haya sobre Colombia y Nicaragua[1], en el cual se atribuye el triunfo cuando fue el trabajo de muchos años y quizás la injerencia de la administración Petro fue mínima.
Hoy quizás se pueda ver este llamado a las calles como una cortina de humo para intentar ocultar su incapacidad de ejecución y las fracturas internas que desde el alto gobierno se evidencian, decir que por primera vez sancionan a altos funcionarios, pueda que sea cierto, pero ese el cambio que se quiere, ver las instituciones cumplir con su deber y evitar que caprichos como el tema de pasaportes le cueste a los colombianos miles de millones de pesos, decir que la Corte Suprema de Justicia demora la elección del fiscal para dañar su gobierno es atentar contra la división de poderes.
Colombia tiene en su historia varios fiscales encargados que han durado meses e incluso años[2] en medio de la elección que debe hacer la Corte, lo ilegal es ilegal y la negligencia e incompetencia debe ser sancionada sin importar el origen de los dineros o funcionarios, ya es hora que alguien le diga a Gustavo Petro, señor es usted el Presidente o que el pueda verse a un espejo y decirse “yo soy el Presidente, de discursos nadie vive y es necesario empezar a asumir mi responsabilidad con todos los colombianos y no solo con un sector del país”.
[1] https://www.vozdeamerica.com/a/ortega-pide-gustavo-petro-que-lleguen-a-un-entendimiento-tras-el-fallo-de-la-haya/7188446.html