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Sobre los acuerdos parciales entre el Estado y el ELN

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Por José Luis Aristizábal Ramírez

Por la paz es necesario jugársela toda siempre, pero un conflicto de muchos años, multicausal, con tantos desafíos y saboteadores potenciales, debe tener un blindaje especial y cada acuerdo por pequeño que parezca es un gran triunfo en esa búsqueda de paz y armisticio.

El cuarto ciclo cierra con unos acuerdos importantes, que después de una tregua con presuntas violaciones por cada una de las partes, se presenta como un avance fundamental en la posibilidad de tener un cese de hostilidades permanente que lleve tranquilidad a los territorios que hoy son denominadas zonas criticas o de crisis humanitarias.

El punto 3.2 del acuerdo número 12 es fundamental en este sentido; el compromiso de no reciprocidad presenta el compromiso de respetar el derecho internacional humanitario, incluso si la contraparte la ha violado, abriendo la posibilidad de mantener un cese al fuego en medio de operaciones militares que puedan ser hostiles y susceptibles de rompimientos de los diálogos, este es un blindaje que puede ser un pequeño paso para el proceso y un gran salto para la paz.

El acuerdo parcial sobre la situación jurídica de los presos del ELN, es una muestra importante de buena voluntad por parte del gobierno, humanizar la situación de los detenidos, acercarlos a sus familias y tenerles en espacios especiales de reclusión les va a permitir ser parte integral de las negociaciones, incluso sin tener beneficios para participar en libertad, ya los hace participes de alguna manera con la ventaja de tener un sector de la tropa interesado en el buen desarrollo de las negociaciones y esa presión positiva es necesaria en esta fase de las negociaciones.

Finalmente se hace realmente importante la participación de la sociedad civil en este proceso y el acuerdo número 13 plantea la necesidad de tener una articulación entre diferentes entidades estatales, competentes todas ellas en la oferta para la garantía del goce de derecho en los territorios y con las obligaciones constitucionales de brindar respuesta a las necesidades y aspiraciones de los diferentes pueblos que hacen presencia en el territorio, se hace interesante el llamado a la vinculación de las alianzas público-privadas y a las público-populares, siendo estas últimas importantes para dar cumplimiento a diferentes leyes que buscan incentivar la participación ciudadana, comunitaria y la contratación de las organizaciones sociales para cumplir con los fines propios del Estado.

Eso sí, llama la atención que no se menciona de manera especifica a la academia desde donde se puede hacer una gestión importante para recopilar la memoria, fortalecer los procesos organizativos y ser garante en medio de un clima de desconfianza constante entre las organizaciones y las instituciones estatales.

Por la paz todo esfuerzo es importante y el momento justo para apostar por la paz, siempre será el presente.

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